
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor Jesús, en esta noche de viernes 1 de noviembre, vengo ante Ti con un corazón lleno de gratitud por las bendiciones de este día. Te agradezco por tu amor, por la paz que traes a mi vida y por cada momento en que he sentido tu presencia guiando mis pasos. Este día ha sido un regalo, una oportunidad para vivir bajo tu amor y experimentar nuevamente tu misericordia infinita. Gracias por cada persona que cruzó mi camino, por cada aprendizaje y por las lecciones que me ayudaron a crecer en fe y en humildad.
En esta noche, quiero entregarte mis pensamientos, mis preocupaciones y todo aquello que me pesa en el corazón. Te pido que en tu bondad me des la paz para descansar y que cualquier inquietud se disipe en la seguridad de tu amor. Ayúdame a soltar aquello que no puedo controlar y a confiar en que, aun en medio de las incertidumbres, Tú tienes un plan perfecto para mí y para los que amo.
Jesús, en este momento de paz, te pido perdón por las fallas que tuve hoy, por aquellos momentos en los que no actué conforme a tu voluntad o en los que me faltó compasión. Reconozco mis debilidades y te pido que me des la gracia de ser cada día más semejante a Ti, aprendiendo a vivir con paciencia, amor y generosidad. Perdóname, Señor, por las veces en que no supe reflejar tu luz, y ayúdame a ser mejor cada día.
En esta noche también quiero pedirte por las personas que amo. Te encomiendo a mi familia, a mis amigos y a todos aquellos que ocupan un lugar especial en mi vida. Protégelos, Señor, y dales la paz que necesitan para descansar y recuperar fuerzas. Que en sus corazones sientan tu amor y tu consuelo, y que puedan experimentar el descanso que viene de saber que Tú los cuidas y los acompañas en cada instante.
Jesús, te pido que me ayudes a recordar en cada momento de inquietud que Tú eres mi refugio, mi roca firme y mi paz. Que pueda descansar con la tranquilidad de saber que estoy en tus manos, y que, al despertar, pueda enfrentar un nuevo día con la certeza de que no estoy solo. Que esta noche sea un tiempo de renovación, en el que mis pensamientos encuentren paz y mi alma se llene de tu amor.
Permíteme, Señor, ser consciente de tu presencia en mi vida, y ayúdame a vivir cada día con gratitud y alegría. Que, a través de mis acciones, pueda reflejar tu amor y llevar esperanza a quienes me rodean. Que mi fe sea más fuerte que cualquier temor, y que siempre pueda encontrar en Ti la fuerza para seguir adelante.
Gracias, Jesús, por tu amor incondicional, por la paz que ofreces y por cada momento en el que siento tu presencia. Que esta noche sea un tiempo de descanso y de paz, y que, al despertar, pueda vivir un nuevo día en tu amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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