
Madre Santísima, en esta noche de jueves 31 de octubre, acudo a Ti con un corazón agradecido y confiado en tu amor maternal. Gracias, Madre, por guiarme en cada momento del día, por tu intercesión constante y por ser mi refugio en los momentos de inquietud.
Te entrego todas mis preocupaciones y mis pensamientos, confiando en que bajo tu manto encuentro paz y protección. Tú conoces cada rincón de mi corazón, y sabes bien los temores y anhelos que llevo dentro. Dame, Madre, la paz que necesito para descansar en esta noche, y permíteme dejar en las manos de tu Hijo Jesús todo aquello que me preocupa.
Te encomiendo a mi familia y a todos mis seres queridos; cuídalos y protégelos mientras descansan, y llénalos de paz y serenidad. Que todos puedan sentir tu amor y protección en esta noche, y que sus corazones encuentren descanso en Ti.
María, enséñame a vivir con fe y humildad, y a enfrentar cada día con valentía y esperanza. Que en esta noche pueda encontrar consuelo en tu amor y en el de tu Hijo, y que mañana despierte renovado en fe y paz.
Amén.
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