
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amado Señor, en esta fresca y serena mañana del sábado 16 de noviembre de 2024, vengo ante tu presencia con un corazón dispuesto a agradecer, alabar y entregarme a tu santa voluntad. Este nuevo día es un regalo precioso que me concedes, una oportunidad para caminar de tu mano y cumplir con amor los propósitos que tienes para mi vida.
Gracias por el amanecer, por la luz que ilumina el cielo, y por el soplo de vida que me permite estar aquí, de pie, consciente de tu bondad infinita. Cada aliento que tomo me recuerda que eres mi sustento, mi fortaleza y mi refugio. Señor, en esta jornada quiero encomendarte todo lo que soy, mis pensamientos, palabras y acciones, para que sean agradables a ti y reflejen tu amor en el mundo.
Hoy, Señor, te pido sabiduría para tomar decisiones correctas, paciencia para enfrentar los desafíos, y un corazón generoso para compartir con quienes más lo necesitan. Ayúdame a ser luz para los demás, a irradiar tu paz en medio de la agitación, y a actuar con justicia, bondad y compasión. Dame la humildad necesaria para reconocer mis errores y la fuerza para enmendarlos con sinceridad.
Te suplico por mi familia y por todas las personas que amo. Derrama tus bendiciones sobre cada uno de ellos. Protégelos, guíalos y llena sus corazones de esperanza. Que en este día sientan tu amor de manera especial y que puedan confiar en tu plan, aun en medio de las pruebas.
Señor, también te entrego mis preocupaciones y cargas. A veces, el peso de las responsabilidades y las incertidumbres del futuro nublan mi fe. Pero hoy quiero recordarme que tú eres el dueño del tiempo, que tus planes son perfectos y que tu amor nunca me abandona.
En este día, ayúdame a ver con claridad las oportunidades que me das para crecer y servir. Permíteme apreciar las pequeñas bendiciones que a menudo pasan desapercibidas: una sonrisa, un gesto amable, una palabra de aliento. Que mi corazón esté atento a tu voz en los detalles sencillos y en las maravillas de la creación que me rodean.
Señor, bendice a quienes hoy atraviesan dificultades. Sé refugio para los que sufren, fortaleza para los que están cansados, y consuelo para los corazones heridos. Usa mis manos para ayudar, mis labios para consolar y mi vida para glorificarte.
Hoy, sábado, quiero dedicarlo a ti, mi Dios. Que mis pasos sigan tu camino y que todo lo que haga sea un reflejo de tu amor. Ayúdame a mantenerme firme en mi fe, especialmente en los momentos en los que el desaliento o la tentación intenten apartarme de ti. Que mi confianza en tu misericordia sea inquebrantable y que mi gratitud por todo lo que haces por mí sea constante.
Padre, también quiero pedirte por nuestra Iglesia y por todos los que trabajan por tu Reino. Fortalece a los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos con la evangelización. Llénalos de tu Espíritu Santo para que sean testigos valientes de tu verdad y guíen a muchos hacia ti.
Señor, en este día quiero ser instrumento de tu paz. Donde haya odio, que yo lleve amor; donde haya ofensa, perdón; donde haya duda, fe; donde haya tristeza, alegría. Transfórmame desde dentro, para que pueda ser tu discípulo en todo lugar y momento.
Gracias, Señor, por este sábado que comienza. Gracias porque sé que no estoy solo, porque tu presencia me acompaña en cada instante. Que este día sea un canto de alabanza a ti, una ofrenda de amor y fidelidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.