
Madre Santísima, en esta mañana de sábado 9 de noviembre, vengo a ti con un corazón lleno de gratitud y esperanza. Gracias por ser mi guía constante y mi refugio en cada momento de mi vida. Te encomiendo este día que comienza, pidiéndote que me tomes de la mano y me guías hacia tu Hijo Jesús, fuente de paz y salvación.
Virgen María, intercede por mí ante Dios para que mi corazón esté lleno de humildad, amor y generosidad. Que en cada palabra y acción pueda reflejar la bondad y compasión que tú nos enseñas con tu ejemplo. Ayúdame a ser fuerte en la fe ya confiar plenamente en los planos de Dios para mi vida.
Te pido también, Madre, que protejas a mi familia ya todos los que amo. Llénalos de salud, paz y esperanza. Gracias Madre, por ser mi luz y mi consuelo. Amén.