
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor Jesús, en esta noche de domingo 3 de noviembre, me presento ante Ti con un corazón agradecido y lleno de paz por el día que me has permitido vivir. Gracias por cada momento, cada alegría, cada lección y cada desafío que me acercaron más a Ti. A medida que este día llega a su fin, quiero entregarte todos mis pensamientos y preocupaciones, confiando en que bajo tu amor y protección puedo descansar con tranquilidad.
Señor, reconozco que, a lo largo del día, he cometido errores y he fallado en mis intentos de ser paciente y compasivo. Te pido perdón por las veces en que no supe vivir conforme a tu amor, por los momentos en los que no reflejé la bondad que Tú me enseñas. Ayúdame a aprender de mis errores y a crecer en humildad, para que cada día pueda ser una mejor versión de mí mismo, una persona más cercana a Ti.
En esta noche, también quiero pedirte por las personas que amo. Te encomiendo a mi familia, mis amigos y todos aquellos que ocupan un lugar especial en mi vida. Protégelos, Señor, y dales paz en sus corazones. Que en sus sueños puedan encontrar descanso y serenidad, y que mañana despierten renovados y con un corazón lleno de esperanza. Permíteles sentir tu amor y tu presencia en cada momento, y que sepan que siempre estás cuidando de ellos.
Jesús, quiero entregarte también todas mis preocupaciones y cargas. Sabes bien lo que hay en mi corazón, los miedos y los deseos que a veces me pesan. Te pido que me des la paz que necesito para descansar, y que mañana pueda enfrentar un nuevo día con la confianza de que Tú estás a mi lado. Que esta noche sea un tiempo de renovación para mi alma, un momento en el que pueda recobrar fuerzas y despertar listo para vivir conforme a tu voluntad.
Te pido también, Señor, por aquellos que en esta noche no pueden encontrar paz. Por los enfermos, los que están solos, los que se sienten perdidos o desanimados. Que tu amor los alcance y los llene de consuelo. Que en medio de sus luchas puedan encontrar en Ti la fortaleza que necesitan para seguir adelante. Manda a tus ángeles, Señor, para que los acompañen y les den paz.
Gracias, Jesús, por ser mi refugio, por cada bendición que me has dado y por la paz que encuentro en tu presencia. Que esta noche sea un tiempo de descanso en tu amor, y que mañana despierte con un corazón renovado y lleno de gratitud.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.