
Madre Santísima, en esta mañana de domingo 3 de noviembre, vengo a Ti con un corazón humilde y lleno de gratitud. Gracias por tu amor maternal y por estar siempre a mi lado, guiándome y protegiéndome. Hoy quiero encomendarte cada instante de mi jornada, para que seas mi guía y mi refugio en todo lo que haga. Que bajo tu manto encuentre la paz y la fortaleza para vivir conforme a la voluntad de Dios.
Tú, que conoces mis pensamientos y mis necesidades, sabes bien las inquietudes y los deseos que llevo en mi corazón. Te entrego todas mis preocupaciones y te pido que las pongas en las manos de tu Hijo Jesús. Que, a través de tu intercesión, pueda encontrar la paz que mi alma necesita y vivir este día con un corazón lleno de amor y de esperanza.
Madre, te pido que me enseñes a ver a los demás con los ojos de compasión con los que Tú miras. Que cada palabra y acción que realice hoy sean un reflejo de la bondad y la paz que Tú nos enseñas. Que pueda ser un instrumento de consuelo para quienes me rodean, y que mi vida sea un testimonio del amor de Dios.
Te encomiendo también a mi familia y a mis amigos. Te pido que los protejas, que los bendigas y que cada uno de ellos sienta tu presencia maternal en sus vidas. Que este día encuentren paz y serenidad en sus corazones, y que en sus momentos de dificultad sientan tu amor y tu consuelo.
María, en esta jornada, te pido que me des la humildad para aceptar la voluntad de Dios en cada situación. Que, en los momentos de prueba, pueda recordar que Tú estás a mi lado, llevándome de la mano hacia el amor de tu Hijo. Que mi fe sea más fuerte que cualquier temor y que mi vida sea un reflejo de la confianza que encuentro en Ti.
Te pido también, Madre, por aquellos que hoy se sienten solos, por quienes sufren, y por aquellos que buscan consuelo y esperanza. Que, a través de tu intercesión, puedan encontrar paz y fortaleza en el amor de Dios. Que sus corazones sean sanados y que en su vida renazca la esperanza.
Gracias, María, por tu amor incondicional y por ser mi refugio. Que este día sea de bendición y de paz, y que en cada momento sienta tu presencia acompañándome y guiándome hacia el corazón de Jesús.
Amén.
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