
Madre Santísima, en esta noche de sábado 2 de noviembre, me acerco a Ti con gratitud y confianza, buscando en tu amor la paz que mi corazón necesita. Gracias, Madre, por tu guía y protección en cada instante del día, por ser mi refugio en los momentos de inquietud y por llevar mis oraciones a tu Hijo Jesús.
Te entrego mis pensamientos y preocupaciones, confiando en que bajo tu manto encontraré el consuelo y la serenidad que mi alma busca. Tú conoces bien los temores que llevo en mi corazón, y en esta noche
María, te encomiendo también a mi familia y seres queridos, para que esta noche encuentren paz y descanso en tu amor.
Te pido también, Madre, por aquellos que en esta noche se sienten solos, por quienes están enfermos o enfrentan dificultades. Llévalos a tu Hijo, y que en su amor encuentren la fuerza para seguir adelante. Que, a través de tu intercesión, puedan experimentar la paz y el consuelo que vienen de Dios.
Gracias, Madre, por estar siempre a mi lado, por escuchar mis oraciones y por guiarme en cada paso de mi vida. Que esta noche sea un tiempo de descanso y renovación bajo tu amparo, y que mañana despierte con un corazón lleno de esperanza y gratitud.
Amén.
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